jueves, 8 de noviembre de 2007

Elaboración del Reglamento en el centro escolar


La convivencia armónica entre todos los miembros de la comunidad educativa es clave para la gestión de un centro educativo. Para ello es necesario establecer unas normas que regulen el funcionamiento democrático de los mismos, que sirvan como prevención de la aparición de los conflictos, y lo ideal es que todos los miembros de la comunidad escolar participasen democráticamente en su elaboración. Estas normas quedan recogidas en el Reglamento de Régimen Interno de los centros -RRI-, con la idea de indicar a profesores y alumnos cómo actuar en determinadas situaciones. al ser conscientes de las consecuencias que pueden tener sus actos.

Me planteo la duda de cómo lo percibe el colectivo de alumnos, puesto que en muchos casos ven estas normas como algo arbitrario, impuesto institucionalmente por los adultos, más que como un medio para autorregular su comportamiento en aras del bien de la comunidad, y suyo propio. Les preocupa más cuáles son las consecuencias individuales que se derivan de lo que hagan mal, que los beneficios que conlleva para el grupo hacerlo bien; símplemente los términos REGLAMENTO y RÉGIMEN ya les pueden crear cierto rechazo.

Quizá por ello creo que es muy importante una concienciación del alumnado en cuanto a la necesidad de su participación responsable en la toma de decisiones respecto a estas normas. Institucionalmente, desde la participación en el Consejo Escolar, se les posibilita hacerlo a través de sus representantes en el mismo, pero no olvidemos que los votos de profesores -y de los padres- son mayores en número que los de los alumnos.
Muchos profesores tratan, a nivel de aula, de consensuar con los alumnos las reglas/normas de funcionamiento de la clase, fomentando así una participación más directa, una mayor implicación y sentido de pertenencia al grupo, al igual que la necesidad de intervenir sobre sus propios compañeros si perturban esas opiniones negociadas por todos. Es decir, brindares la oportunidad de ser partícipes y responsables -como deber-, y no sólo receptores de imposiciones externas -como obligación-, permitiéndoles además aprender a trabajar en equipo, respetar a los demás, negociar y dialogar, empatizar, tolerar, consensuar, reflexionar...

No es fácil, pero es necesario: requiere un cambio de mentalidad importante, tanto de profesores como de alumnos. No quiere decir que los problemas y los conflictos se vayan a erradicar, porque es algo intrínseco de la convivencia, pero implicar al alumnado en el tratamiento del conflicto podría mejorar su resolución.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si bien el funcionamiento democrático es deseable en un centro educativo, no podemos olvidar que el libre ejercicio de los derechos va unido a la capacidad de poder regularlos. La capacidad de participación ha de ser mayor en tanto y en cuanto los alumnos están más capcitados para ejercer sus derechos siendo conscientes de los deberes que llevan asociados. De cualquier forma los derechos de los alumnos están supeditados a sus tutores legales que son los que tienen adjudicada la capacidad de decisión y por otro lado a una lógica relación asimétrica con los docentes, que son los organizadores y gestores de la labor en el aula.

Anónimo dijo...

Un problema que encontramos los profesores es que los alumnos conocen bien sus derechos, pero no sus obligaciones. Y quizá, aunque el Reglamento Interno de los centros escolares incluye ambas cuestiones, los alumnos perciben que es un documento que incide más en las normas de funcionamiento del centro a nivel de "aula o pasillo" y las sanciones que conlleva incumplirlas, que en dar a conocer a los alumnos cómo ellos pueden ejercer sus derechos a nivel estructural, organizativo y de gestión. En ocasiones la presencia de los representantes de alumnos en los consejos escolares es meramente testimonial, o eclipsada por la ´presión` de la mayor presencia de adultos, pero no se debe dejar de escucharles puesto que, en el fondo, son ellos los protagonistas en la enseñanza, no lo olvidemos.